Moyens
Me siento como en casa, pero mejor
Lo que más me preocupa cuando alquilo una casa es si me sentiré extraño en ella, si echaré en falta cosas que tengo en casa o me disgustarán las que hay porque parece que las encuentran en un contenedor y las colocan ahí para decir que todo está amueblado.
Cuando llegué a la casa y vi su amplitud, la iluminación, los muebles, sus electrodomésticos y, en fin, todo lo que tenían dentro, me quedé sorprendido de que lo que veía era incluso mejor que lo que pude ver en las fotografías de la página web, que ya me animaron a pensar que estaba bien, pero también pensé que bien podía ser por los milagros del Photoshop.
Nos juntamos dos familias con nuestros respectivos hijos (éramos ocho en total) y con sus dos salones, el porche y el jardín de atrás, hubo momentos en que me di cuenta que estaba solo, leyendo, tranquilo, dedicando un momento para mí, mientras los demás estaban viendo la tele, o los niños jugando en el jardín.
El que la cocina tenga también su mesa para comer allí o en el porche de al lado y que, además haya un lavavajillas, también ayuda para que no hubiera roces entre las familias para servir la mesa, recoger la mesa y ver quién lava los platos.
En fin, nuestras únicas dificultades consistieron en decidir dónde ir, a la montaña, visitar los pueblos del valle, ir a la piscina municipal que está muy cerca de la casa, pero de la casa nada de nada.
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