La casa familiar de Manresa
Uno de los objetivos de mi recorrido por Cataluña, era visitar la casa familiar de los Torrents, de los cuales soy descendiente por línea materna. Aunque ya había visto imágenes en incontables ocasiones, encontrarme de frente con el gigantesco palacio situado en la plaza Fius y Palà, consiguió asombrarme aún más.
Como si de un gigantesco castillo levantado en medio de la ciudad se tratase ( al estilo de los grandes edificios del centro de París) este edificio modernista de cuatro plantas y dos torres circulares dio muestras en su momento, tal y como lo sigue haciendo ahora, del poder y la importancia económica y social del la familia Torrents, una de las más relevantes en el panorama de la industria textil de Cataluña.
Conocida también como " La Buresa" debido al apellido de la esposa de su propietario, Antonia Burés, es un muestrario único e irrepetible de la mayor parte de los elementos decorativos que conforman el modernismo catalán, pleno de elementos florales, cerámica vidriada, tallas ( como el Sagrado Corazón de Jesús, patrón de nuestra familia) y hierro forjado.
Contemplar los grandes ventanales de las esquinas, los amplios balcones bellamente adornados y las galerías que recorren las tres fachadas del edificio, es un ejercicio para la imaginación; ante nuestros ojos vuelve a aparecer el carruaje que con los miembros de la familia entra directamente a la casa por el gigantesco portal, el brillo de las luces de gas a través de los cristales tintados, el ajetreo de las grandes celebraciones familiares o los balcones llenos de invitados para contemplar el paso de las procesiones de Semana Santa.
Parece una pequeña ciudad que brilló como un astro en sus momentos de mayor gloria y que hoy se ha desmembrado en pequeñas casas familiares, oficinas y negocios. Pero al menos sigue viva, manteniendo el nombre que tanta fama dio a la ciudad de Manresa.