Casas Colgadas de Cuenca

Ir a Cuenca y no pasar a ver sus Casas Colgadas es como ir a París y no ver la Torre Eiffel. Sin duda, es su monumento mas representativo.

Soy de las personas que opinan que éste es de los monumentos que se ven mejor en la distancia porque te das cuenta de cómo perduran y de que están al borde de una hoz como es la del río Huecar. Para verlas te recomiendo moverte por la hoz, por sus carreteras y miradores para apreciar la verticalidad de estos edificios civiles.

No hay que desmerecer la sensación de vértigo que tiene uno al cruzar el puente sobre la hoz, que se mueve con el paso de los turistas, y sacar unas instantáneas de las casas colgadas.

Las Casas Colgadas constituyen una de las postales más famosas de Cuenca y son uno de sus símbolos indiscutibles. Desde la hoz del río Huécar tenemos las vistas más espectaculares de estas casas y es donde la mayoría de los visitantes de la ciudad acuden a hacerse fotos con ellas de fondo; no te lo puedes perder. Son edificaciones literalmente voladas, colgadas, sobre la hoz del río.

Las actuales Casas Colgadas son resultado de un proceso de remodelaciones que empezaron en la época medieval sobre las primitivas casas medievales. Formaban parte de un cordón colgado sobre la Hoz del Huécar.

Nadie puede poner en duda que el edificio o los edificios más emblemáticos y conocidos, símbolos de la ciudad de Cuenca, son las Casas Colgadas. Visitantes de todos los lugares del mundo y aún los propios habitantes de la urbe, no pueden evitar maravillarse ante este prodigio de la arquitectura que parece sostenerse con garras de águila al acantilado que cae sobre la hoz del río Huécar.
El encanto le viene no sólo por la magia de sus formas y de sus equilibrios, sino también por sus raíces poco claras. Para unos su origen se pierde en los tiempos de los musulmanes, mientras que para otros son magníficas construcciones medievales del siglo XIV.