Casas colgantes sobre el río Oñar

Uno de los mayores atractivos de la ciudad de Gerona se encuentra al paso del río Oñar por la misma, en concreto, en las casas colgantes. Se podría decir que empiezan a la altura de la plaza de la independencia, en el paseo de Canalejas, y se extienden por casi un kilómetro. La imagen es, la verdad, una pasada. Cientos y cientos de casas suspendidas prácticamente sobre el río formando una enorme colmena desordenada a ambos lados del agua. Cada una tiene su forma, unas salen para el exterior, otras están embutidas, unas tienen toldo, otras no... cada una es de su padre y de su madre, pero ese caos lo hace más auténtico y característico. Desde cual quiera de los puentes que cruzan el río por aquí podréis observarlo mucho mejor y trataréis de ver cómo es cada una de las viviendas, cómo se sustentan en unas vigas que parecen romperse pero que, sin embargo, aguantan y han aguantado muchos años.

Mira que había visto fotografías de este sitio. Y mira que tenía ganas de conocer Girona. Me habían hablado tan bien de esta ciudad, que tenía muchas ganas de conocerla. Y, cuando lo hice, ya entendí todo. Nada más llegar te das cuenta. Para mí, lo más bonito de la ciudad es el Barrí Vell. Por alguna razón, esas viviendas de colores rodeadas de un río verde tienen un encanto especial. De ciudad mediterránea. De ciudad acogedora.
Pasear por la orilla del río y cruzar el puente que te adentra en las preciosas calles de la ciudad es algo que todo amante de los viajes debe de hace. Un sitio especial.

En el centro de Girona, sobre el río Onyar, se puede admirar una obra maestra de la arquitectura histórica que le valió a Girona también el apodo de "pequeña Florencia" lo más similar a los edificios con vistas al Arno: ". Casos Penjades" los Los colores pastel son construidos en diferentes períodos de la Edad Media y fueron inicialmente habitada por pescadores. Estaban cerca de la pared que corría directamente sull'Onyar y fueron por lo tanto "a la espera" (penjades) en el agua en una zona deteriorada fuera de la ciudad y en estrecho contacto con el río. Cuando se amplió más tarde a la Rambla

La ciudad de Girona, situada en el valle del Ter, es una de las cuatro capitales de provincia de Cataluña, posee un territorio en el cual confluyen cuatro ríos, siendo el Onyar el que separa el casco histórico del resto de la ciudad. Girona conserva una espectacular ciudad vieja donde encontramos uno de los barrios judíos más grandes y mejor conservados de Europa, con gran parte de la muralla aún intacta y visitable.
Me encantó perderme por El Call Jueu que es el antiguo barrio judío. Laberinto de calles adoquinadas, con miles de esquinas mágicas. Perfecto para perderse paseando sin rumbo fijo.

El río Oñar, a su paso por pleno centro de Girona, dió lugar a una bonita ribera, donde las casas están pintadas de colores cálidos, tal y como dijeron los artistas Enric Ansesa, Jaume Faixó y los arquitectos J. Fuses y J. Viader, dando a Girona una personalidad propia, parecida a la de La Vilajoiosa.
El mejor momento para admirarlas las casas es al atardecer, cuando el sol las ilumina de pleno, y cobran aún más vida sus fachadas. Desde cualquiera de los puentes tendremos unas bonitas vistas al río, especialmente desde el Eiffel, que es el puente rojo de metal.

Nada comparable con la belleza de las casas colgantes sobre el Oñar. La imagen está tomada desde el restaurante Lloret, ubicado en la plaza de los cines y con un menú de tres platos más bebidas y postres por tan sólo 11€... Pensaba que ya no existían precios tan asequibles en el centro más céntrico de las grandes ciudades.