Puro sabor italiano en la Plaza Malvezzi
Desenzano está situado en la orilla austral del Lago di Garda, frente al golfo que lleva el mismo nombre, en plena región de Lombardía (Italia).
Su excelente ubicación y lo benigno del clima posibilitaron el hecho de que esta localidad se convirtiese en uno de los destinos favoritos de los patricios romanos, quienes no dudaron en construir magníficas villas de recreo en las orillas del gran lago tal y como se puede apreciar visitando la cercana y magnífica Villa Romana del Casale.
Catedrales (catedral de María Magdalena), castillos de película (Castello Scaligero), grandes casonas blasonadas (Casa del Podestà), casas porticadas, pintorescas plazas (plaza Malvezzi de marcado aire renacentista) y un sinfín de callejuelas que comunican todos estos elementos entre si y que conforman un magnífico casco histórico que bien merece la pena ser visitado.
Mención aparte, al menos para mi gusto, merece el viejo puerto de la localidad en cuyos muelles podemos contemplar la silueta de tradicionales barcos de pesca que contrastan con las modernas y atrevidas líneas de los lujosos yates que atracan en el puerto deportivo, un contraste que habla bien a las claras del esplendoroso pasado de Desenzano y del auge y empuje que mantiene en la actualidad, ya que no creo equivocarme si digo que Decentius es una de las localidades más turísticas y con más y mejor ambiente que podemos encontrar en estas latitudes italianas.
La Piazza Malvezzi, lindante con el viejo puerto es el auténtico centro neurálgico de esta localidad y en sus soportales repletos de bares, cafés, restaurantes, tiendas, galerías comerciales y discotecas bulle un hervidero de jóvenes de la localidad que se mezcla – como sólo los italianos saben hacerlo- con los cientos de turistas que asisten fascinados y emocionados a esta explosión de belleza, sabor y tipismo.
Por supuesto, los amantes de la vela tienen en Desenzano un destino e obligada visita.
Desenzano está situado en la orilla austral del Lago di Garda, frente al golfo que lleva el mismo nombre, en plena región de Lombardía (Italia).
Su excelente ubicación y lo benigno del clima posibilitaron el hecho de que esta localidad se convirtiese en uno de los destinos favoritos de los patricios romanos, quienes no dudaron en construir magníficas villas de recreo en las orillas del gran lago tal y como se puede apreciar visitando la cercana y magnífica Villa Romana del Casale.
El paso del tiempo enriqueció el asentamiento original dotándolo de murallas, torres defensivas (Torre de San Martín), pequeñas iglesias, hermosas basílicas (Santa María Maggiore), magníficas catedrales (catedral de María Magdalena), castillos de película (Castello Scaligero), grandes casonas blasonadas (Casa del Podestà), casas porticadas, pintorescas plazas (plaza Malvezzi de marcado aire renacentista) y un sinfín de callejuelas que comunican todos estos elementos entre si y que conforman un magnífico casco histórico que bien merece la pena ser visitado.
Mención aparte, al menos para mi gusto, merece el viejo puerto de la localidad en cuyos muelles podemos contemplar la silueta de tradicionales barcos de pesca que contrastan con las modernas y atrevidas líneas de los lujosos yates que atracan en el puerto deportivo, un contraste que habla bien a las claras del esplendoroso pasado de Desenzano y del auge y empuje que mantiene en la actualidad, ya que no creo equivocarme si digo que Decentius es una de las localidades más turísticas y con más y mejor ambiente que podemos encontrar en estas latitudes italianas.
La Piazza Malvezzi, lindante con el viejo puerto es el auténtico centro neurálgico de esta localidad y en sus soportales repletos de bares, cafés, restaurantes, tiendas, galerías comerciales y discotecas bulle un hervidero de jóvenes de la localidad que se mezcla – como sólo los italianos saben hacerlo- con los cientos de turistas que asisten fascinados y emocionados a esta explosión de belleza, sabor y tipismo.
Por supuesto, los amantes de la vela tienen en Desenzano un destino e obligada visita.
