Lo cierto es que pasear y callejear por...
Lo cierto es que pasear y callejear por entre medio de la capital es un placer. Sus empinadas calles, sus balcones con la colada tendida, sus escaleritas, los gatos, balcones, puertas y demás son suficientes alicientes para venir. Además verás sus antiguos muros de protección, auténtica obra de ingenieria punta en su tiempo, sus pequeños muelles y saborearás más de cerca la historia de esta coqueta capital.
Yo no tenía inconveniente para venir con quien fuese el día que fuera, me encantaba perderme en el olor de sus panaderías por la mañana y charlar con los más ancianos a los que, como