Un paseo al atardecer por las calles empedradas o con escaleras del casco antiguo de Peñiscola. Mientras las sombras se alargan y la brisa del mar se cuela entre los callejones con flores que cuelgan de los balcones de casas encaladas de blanco, escuchado las notas de algún músico callejero que espera que le eches algunas monedas.
Peñíscola es una de las localidades de veraneo más bellas de todo Castellón e incluso del mediterráneo. Además de poseer una preciosa playa y un castillo repleto de historia, tiene también un casco antiguo impresionante.
El casco antiguo se encuentra situado junto al castillo y está formado por preciosas calles estrechas completamente adoquinadas. Todas las vías tienen pendiente, así que os sugiero que llevéis un zapato cómodo porque sino acabaréis muy cansados, además, es imposible ir con tacones porque los adoquines son muy resbaladizos.
Las casas que forman el casco antiguo son casas muy antiguas y humildes que poseen una fachada blanca y normalmente están repletas de flores. Los bajos de las casas están repletos de tiendas en los que se pueden encontrar todo tipo de objetos turísticos.
Una de las cosas más bonitas en la visita a Peñíscola es perderse por sus callejuelas y rincones. Además a cada paso nos encontramos tiendas y restaurantes con un encanto especial. A destacar la Sala de Arte Tiziano (muy cerca del castillo), está en una casa típica del lugar y se pueden visitar las 3 plantas de la misma.
Una experiencia única. Tenía mucha ganas de conocer Peñiscola. Asído un placer andar por esas calles tan bonitas y originales. Esas calles que además de andar puedes tomar algo y hacer cualquier compra. Impresionantes y muy recomendable para la época de primavera hacer una visita.
Trabajar aquí es la mejor experiencia que he vivido. Peñíscola es uno de los rincones que todo el mundo debería visitar. Su casco antiguo tiene una magia incomparable, pero la calma que transmite su costa mediterránea es indescriptible.
El lugar es magnifico, lo que menos me ha gustado es el trato de la gente hacia los turistas, muy poca educación y contestaciones fuera de tono, es un pueblo muy cerrado. Hay muy poca fiesta o ninguna, un sitio ideal para descansar.
Estupendo para perderse por su callejuelas estrechas que dan acceso al castillo de Papa Luna y al Faro
Hay sitios de los que nunca nos olvidamos una vez visitados. Y uno se queda enamorado para siempre. Esto pasa raras veces, pero si te pasa estas echizado toda la vida. Pues hay que vivir Peñiscola.
