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Casco antiguo de Sanaa

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Sanaa, Yemen Dirección

6 opiniones sobre Casco antiguo de Sanaa

Inolvidable

Si os gustan los países “especiales”, este es vuestro viaje. En cuanto entras en la ciudad antigua de Sanaa tienes la
sensación de retroceder al pasado; todo en ella te trasladará visualmente a un tiempo desconocido, en el que los Kalashnikov rusos conviven con las jambias de forma tan misteriosa que posiblemente acabes tú también mascando qat.

Acabo de volver de un viaje relámpago a ...

Acabo de volver de un viaje relámpago a Sana’a, capital de Yemen, y quería compartir contigo mis primeras impresiones de esta ciudad que me ha fascinado. Las imágenes aquí intentan comunicar por lo menos los atractivos tangibles de Sana’a: Su casco viejo, sus edificios centenarios con adornos de piedra y ventanas de alabasto.
Pero aunque se suele decir que una imagen dice más que mil palabras, en este caso la imagen no consigue describir la experiencia del viajero. Es que cuando abrí la ventana de la habitación 402 del hotel Burj al Salam, en pleno corazón del casco antiguo, era como asomarme a otro tiempo y casi otro mundo. Sana’a me invadió todos los sentidos a la vez.

Contemplar la vista de la habitación es desde luego un deleite para los ojos. La vista era tal y como me habían descrito los libros que leí antes de viajar: Edificios en tonos ocres y rojos con el fondo azulado de montañas de más de 3000 m de altura, pero la diferencia entre viajar y leer un libro de viajes o ver las fotos de otro viajero se nota al abrir la ventana a esta vista y sentir un aire fresco que en su camino desde las montañas del horizonte se ha impregnado con el olor a especies de un millón de cocinas y del mercado de especias.
Embrujado por la vista, el tacto y el olor que entraban por aquella ventana me quedé casi una hora ahí sentado hasta que los imanes de 360 mezquitas empezaron a llenar la ciudad con el sonido de su llamamiento a los fieles dando a la película que estaba grabando mi cerebro la banda sonora perfecta.

Empecé el paseo a pie por el casco viejo con cierta cautela (por no decir miedo) por la imagen previa que tenía de Yemen, típicamente occidental y sin duda influido por la CNN, imagen que se consolidó en mi cabeza por la primera impresión que había recibido del país en los 15 km desde el aeropuerto al hotel donde vi controles militares cada par de kilómetros con solados fuertemente armados. Pero esas imágenes se alejaron de mi cabeza a medida que me adentraba en las pequeñas calles de la ciudad. Por mi experiencia en Marruecos, tenía asumido que volvería al hotel como el flautista de Hamelin con una fila de mendigos, niños descalzos y vendedores de todo tipo detrás de mi...
Pero no fue así en absoluto. Algunos niños se atrevieron a pedirme que les hiciera una foto pero no porque querían algo a cambio sino simplemente porque les hace ilusión que les retrate y que su imagen se enseñe en Europa. Los vendedores de las tiendas me preguntaban de donde era y cuando les decía que “España” simplemente me decía “Welcome” y seguían colocando sus mercancías.
Incluso al anochecer cuando me senté en un puesto de la calle a tomar té entablando conversación sobre "al andalus" con un abuelo veterano de guerras tribales y un director de un colegio público sin que los transeúntes que pasaban por ahí dieran la menor importancia a mi presencia.

Cuando paseo por las impecables calles de ciudades modernas como Granada, Córdoba o incluso Toledo me maravillo de su patrimonio histórico e intento imaginar cómo hubiera sido la vida en esas estrechas calles hace 500 años. Andando por las calles del barrio antiguo de Sana’a toda esa historia cobra vida porque, salvo pequeños detalles, básicamente viven y trabajan de la misma manera que hace siglos.
Las calles están en buenas condiciones, no porque hayan sido modernizadas y restauradas sino porque hayan sido usadas y mantenidas continuadamente, y para el mismo uso, desde tiempos inmemoriales.

No niego que Sana’a tenga sus inconvenientes para el turista, conducen como locos, el ruido de los coches es tremendo, la pobreza es evidente y los cuartos de baño también son iguales que hace 500 años.
Por no mencionar el actual problema de una minoría violenta que chantajea a la mayoría pacifica y hospitalaria y ven en los turistas una manera de llamar la atención del mundo entero a su “causa”. Pero en general es un destino perfecto para el auténtico viajero que viaja con la mente abierta en busca de experiencias únicas y enriquecedoras.
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Información Casco antiguo de Sanaa