Castillo de Cheverny

El castillo de Cheverny es mucho más modesto que las enormes obras arquitectónicas de Francia como Chambord o Chenonceau. Este castillo, construido en 1630, atrae sobre todo por su refinamiento, colección de pinturas, esculturas, mobiliario, sus huertos y su gran jauría de perros de caza que todavía hoy en día salen a trabajar.

El castillo pertenece hoy en día a una familia particular, la cual sigue utilizándola como residencia, aunque no todos los días. Por eso no se puede acceder a todas las habitaciones.
Hay varios tipos de entradas y se pueden combinar como se quiera. Si no eres un fan incondicional de la historia y de los castillos, yo me conformaría con la entrada al castillo y el jardín. También es posible alquilar unos cochecitos eléctricos (como los de golf) para visitar el jardín y parque.

Fuimos a hacer un recorrido por los castillos del Loyra. Entre ellos el castillo de Cheverny. El castillo bien, no muy grande y más actual que el resto, pero la experiencia se convirtió en negativa cuando visitamos las dependencias donde estaban los perros de caza.

Acabamos llorando al ver el estado en el que estaban los perros que algún día fueron bonitos perros de caza. Estaban completamente hacinados (50 ó mas perros) llenos de heridas, con verrugas, y lo que parecían tumores colgando de algunos de ellos, cubiertos de moscas, rascándose como posesos y una cara de pena que daban ganas de llorar.

Tiene un jardín, un parque y unas perreras que se pueden visitar y se puede ver dar de comer a los perros.

Cheverny, el Castillo de Tintín, o más bien del Capitán Haddock, es el que inspiró a Hergé para crear Moulinsart.
Este castillo no es tan grande como sus vecinos de Chambord, Blois y Chenonceau, pero precisamente eso es su encanto.
Se puede llegar en autobús o en coche, aunque nosotros fuimos en bicicleta. Comenzamos pasando por una tienda de recuerdos, que vende un montón de recuerdos de Tintín y Haddock, y luego entramos en el castillo, que todavía está habitado por una familia. Es un castillo más calurosos que Chambord, que está vacía de todo mobiliario, excepto las pinturas.
Luego se hace la visita a los jardines, el invernadero y los perros, pues esta es una región de caza, y el señor del castillo tiene una manada de perros.

Inspiró el castillo de Tintín. Es del estilo de castillos palaciegos de recreo, no vayáis buscando posiciones defensivas ni nada de eso.

Los jardines son inmensos y dar una vuelta por ellos un buen día es una gozada.