Irene Comas Chércoles
No hay necesidad de ponerle filtros ni hacerle un lavado de cara a esos paisajes.
El día acompañaba totalmente y llegaba un punto en el que si no fuera porque tenia un castillo típicamente japonés a mi lado, hubiera jurado que me encontraba en las verdes praderas de los alpes, salvo que en la misma estampa cabía también una pequeña ciudad costera.
+19