Castillo de San Jorge

Me quede un día en Lisboa la perder el enlace con Dakar y aprovechando el tiempo visite el Castillo de San Jorge. Hacía años que no estab en Lisboa y poniendo al mal tiempo buena cara, me dispuse a visitarla.
Este castillo era conocido antiguamente como el Castelo de Mouros. De encuentra en la colinamñas alta del lugar y tiene una vista impresionante sobre Lisboa y el río Tejo.
Construido en el siglo V por los visigodos sufrio distintas reconstruciones, sobre todo después del terremoto de 1,755.
Entre los siglos XII y XVI estubo ocupado por los reyes portugueses.
Se puede llegar en tranvía o en autobús. Yo lo hice a pie desde la plaza del Comercio.

Está situado en la colina más alta de Lisboa. En su interior uno se transporta a tiempos muy pretéritos y se disfruta con el excelente estado de conservación de este importante monumento portugués. Además, tuvimos el placer de escuchar un excelente concierto realizado por un espontáneo guitarrista que interpretó obras de Granados y de otros compositores españoles. También pudimos observar una panorámica de la ciudad a través de un periscopio situado en la torre más alta del castillo.

En realidad son las ruinas (muy bien conservadas) de un antiguo castillo que se sitúa en la colina de San Jorge, la colina más alta de Lisboa, el castillo original era del siglo X-XI. Al estar situado en esta colina ofrece una de las vistas mejores de Lisboa. El recinto tiene aproximadamente 6000 m².

El recinto del Castillo tiene varios patios con jardines, entre la "fauna" del castillo destacan los pavos reales, sobre todo están al lado de la cafetería, sitio casi de obligada visita para hacer un descanso sobre todo si has llegado hasta el castillo andando, hay muchísimos.

Llegamos con el tranvía 28 hasta el mirador de Santa Lucia.
Nos costó encontrar la entrada al Castelo de Sao Jorge, pero finalmente lo encontramos… (no creo que sea tan complicado, más bien nos liamos con el mapa), la entrada está en la Rua do Chao da Feira (porta de Sao Jorge).
El castillo fue prisión, teatro y almacén de armas; actualmente su plato fuerte (según mi opinión) es que cuenta con una de las mejores vistas de Lisboa desde sus murallas, y pasear por sus almenas te transporta a otra época.
El precio para estudiantes: 4€ (sin reducir 7€).

De visita obligada si venís a Lisboa. En las guías recomiendan coger el tranvía 28 para subir al Castillo; pues bien, no lo hagáis porque suele haber bastante cola, vais a ir como sardinas en lata y además no llega al Castillo! Para subir y bajar preguntar por un ascensor gratuito que hay al lado de un supermercado.
El Castillo de San Jorge son unas ruinas del Castillos dos Mouros que existió en el colina de San Jorge, de ahí su nombre actual. Tiene una de las vistas más bellas sobre la ciudad y sobre el estuario del río Tajo.

El castillo de san Jorge se encuentra en la capital de Portugal, Lisboa. La visita cuesta unos 5 euros, pero merece la pena porque pasas una tarde/mañana por esos 5 euros. Para llegar andando desde la plaza del comerço tiene un buen paseo, pero también se aprovecha para ver las calles del centro histórico. Muy recomendable.

El castillo de san Jorge es uno de los mayores atractivos turísticos de Lisboa. Por 5 euros podemos pasar un buen rato con unas vistas fantásticas de la ciudad. Además tiene un museo con restos arqueológicos.

Se encuentra en la colina del mismo nombre y proporciona una de las más bellas vistas de la ciudad. El recinto cuenta con unos 6000 m², y se puede subir a las torres y pasear alrededor de las murallas del castillo. Dentro viven bastantes gatos y se puede encontrar a algún músico tocando.

Merece la pena visitarlo y sobre todo por las vistas...

Ya sea por sus miradores, o por la belleza de su coraza, el Castillo de San Jorge es una visita obligada en tu viaje a Lisboa.

Situado sobre una de las siete colinas que presiden la ciudad, el castillo nos da la posibilidad de conocer uno de los lugares con mas historia de la capital portuguesa, descubriendo románticos rincones que siguen en pie a día de hoy y que nos regalan recuerdos imborrables.

Quizá no tenga la fama de la Plaza del Comercio, o de la Torre de Belém, pero el Castillo de San Jorge merece mucho la pena.