Catedral de Alexander Nevski

Esta Catedral ortodoxa es uno de los puntos turísticos más importantes de Tallin.

La primera apreciación que tuve es su parecido a las catedrales rusas. La razón de tal similitud es que su arquitecto era ruso, Mikhail Preobrazhenski, de Sans Petersburgo, personaje que también hizo catedrales en Florencia, Niza, Viena y Sofia.

Fue durante el periodo en el que Estonia era parte del imperio ruso zarista cuando se construyó (año 1900 aprox), como símbolo de la dominación del imperio. Esta dedicada al príncipe de Novgorod, Alexander Nevski Yaroslavich.

Visualmente, es un construcción

Esta catedral ortodoxa en medio de una ciudad católica, me recordó muchísimo a la iglesia ortodoxa rusa de Karlovy Vary, en la República Checa. Es como un cículo rodeado de cuadrados, o una oca en medio de patos, es lo mismo, pero sin ser lo mismo. Una misma creencia pero sentida de diferente manera, un resto de la ocupación rusa que durante mucho tiempo se vio como un aguijón político clavado en medio de Estonia. Durante mucho tiempo se pensó en derribarla, en reducirla a escombros, en arrasarla y con eso eliminar cualquier resto del recuerdo ruso.
Afortunadamente, una mente preclara decidió no hacerlo y por ello, debemos agradecer enormemente su decisión.

Se encuentra enfrente del Castillo de Toompea y fue construida en el siglo XIX por el arquitecto Preobrazenski, su situación es un estandarte Ruso frente a los alemanes que por entonces dominaban la ciudad.
Nuestro hotel estaba cerca de la catedral y nada mas empezar el primer paseo nos topamos con ella, estaba atardeciendo y nos quedamos boquiabiertos, de momento nos recordó a las iglesias de San Peterburgo. Cuando volvimos de día la pudimos contemplar y la verdad es que nos encanto. Pudimos entrar y aunque no pudimos hacer fotos , lo que mas nos gusto son las vidrieras.
La fotografiamos hasta la saciedad, pues estaba en la ruta que teníamos que seguir para ir a ver la ciudad.

La catedral Ortodoxa rusa de Alejandro Nevsky es quizás el monumento más representativo de la ciudad y el mas fotografiado.
Su construcción data del 1900 y fue su artífice el arquitecto Mijail Preobrazhensky que era el arquitecto oficial de la Iglesia rusa de aquella época y el mismo que también proyecto la catedral ortodoxa de Buenos Aires.
La catedral estuvo a punto de ser destruida varias veces pero fue reconstruida, destacándose sus maravillosas cúpulas de cebolla y su ecléctico estilo arquitectónico. En su interior podemos destacar su decoración con azulejos e iconos.

Construida en 1900 sobre la colina de Toompea, es la Iglesia ortodoxa con la cúpula más grande que se haya construido. Se levantó cuando Estonia pertenecía al imperio de los zares, de ahí su riqueza arquitectónica.

Es uno de los varios espectaculares edificios de la parte antigua de esta ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1997. Curioso es que los estonios ordenaron su demolición en 1924, por ser un icono de la dominación rusa, cosa que menos mal no llegaron a realizar. En 1991, al recuperar la independencia de la unión soviética, fué restaurada.

Está abierta de 09.00 a 18.00 horas. Esta catedral ortodoxa se encuentra en la colina de Toompea. Fue encargado por el zar Alejandro III e inaugurada en 1900. A lo largo de los años ha sufrido daños estructurales y cuenta la leyenda que se deben a que la catedral fue levantada encima de la tumba de un héroe estonio.

Si visitas la ciudad de Tallin no puedes perderte la visita obligada a su Catedral de Aleksander Nevski. Con una puesta en escena sencilla y situada delante del Ayuntamiento, muestra la historia de la ocupación rusa en el país.