La Catedral del Sur
Sin duda, y por mérito propio, es uno de los edificios más significativos de la capital del sur y presenta un estado de conservación realmente impecable y ejemplar.
Situada en la preciosa Plaza de las Delicias y formando conjunto con la Casa de la Alcaldía, fue levantada en la década de 1830, aunque a punto estuvo de desaparecer con los terremotos de 1918. Una reforma radical, casi reconstrucción, fue necesaria entre 1931 y 1937, momento en que adopta el aspecto actual.
Curiosamente, en el sitio en el que se levantó ya hubo una iglesia anterior que cayó derrumbada, demolida, pulverizada por un terremoto devastador.
El techo, pintado de un azul cielo de lo más metafórico, enmarca sin duda el resto de la catedral. El altar mayor en alabastro, las sencillas capillas laterales, o los más complicados retablos, como el que nos atemoriza con el fuego del infierno, las imágenes que reciben la fe de los ponceños, el magnífico altar del Sacramento o las lápidas de mármol en la pared que recuerdan a los obispos eméritos que ha tenido la catedral, forman una miscelánea de estilos, formas y colores que sólo puede tener cabida en un templo del Caribe.
La catedral, una de las cinco que tiene Puerto Rico, es ejemplo de cuidado y amor de los habitantes de Ponce por su patrimonio, por su historia y por su fe.


