Una catedral singular
La catedral de Palermo me sorprendió. En primer lugar porque iba andando por la via Vittorio Emanuele, y no me esperaba encontrármela así, en una magnífica mañana de cielo azul, casi brillando y recortándose en el mismo, espléndida.
En segundo lugar, por lo singular y original de su arquitectura, llena de referencias árabes, normandas, que no la hace parecer una "iglesia" sin más, sino una especie de palacio o castillo fastuoso...
En tercer lugar por la agradable y amplia plaza que se extiende delante de ella, que permite contemplarla con algo más de horizonte y perspectiva que las estrechas calles que dominan el Palermo antiguo.