Las cúpulas de Moscú revestidas de oropel.
El pueblo ruso tan religioso, que incluso extraña un poco, tras muchos años de ateísmo impuestos por la fuerza. Vemos en cualquier momento, en los templos a feligreses, mostrando su devoción y respeto, utilizan muchas velas en las vitrinas acristaladas por las iglesias y catedrales visitadas.
La "Catedral de Cristo el Salvador" situada en la colina de Chertolsk , no muy lejos a pie del centro de la Plaza Roja. Ubicada cerca del Río Moscova, con magníficas vistas de ella desde el puente y desde él, de lo que abarca, como del Kremlin, inmejorables.
Un templo de la iglesia ortodoxa, construida en el siglo XIX, por el arquitecto Konstantín Ton, de San Petersburgo.
Tras la liberación del pueblo ruso, el Zar la mandó construir en agradecimiento y en memoria de los que fallecieron frente a las tropas de Napoleón en 1812.
Se tardó muchos años en construir, dado al lugar cerca al Kremlin y los graves problemas por los acuíferos del subsuelo, precisando cambios importantes tras 44 años de espera, se consagra en 1883.
Efímero destino ya, que en el año 1931 fue demolida por el entonces gobierno comunista de Stalin, en un solo día, ante la impotencia del pueblo moscovita. Cosas del que llega al poder.
Tras vuelta a ponerla en pie su restaurador Alekseem Denisovym, se consagró en el año 2.000. Afortunadamente se encontraron bocetos, planos y registros del propio autor y en menos tiempos garcías a las tecnologías, se levantó.
Revestida de bloques de piedra en varios tonos de mármoles blanco, hasta el negro, arenisca de cuarcita, sobre una base de granito rojo y granito gris ambos presentes.
También mármol en sus grandes medallones circulares donde se encuentran figuras esculpidas. Lo mismo que una preciosa capilla de forma octogonal, de cuarenta metros de perímetro, increíble. Galerías rodean el núcleo del templo, en una de ellas se recuerdan hechos históricos y pasajes del evangelio ,en placas conmemorativas, en la segunda es la dedicada al coro.
Una visita , un paseo por un lugar que nos colmará de placidez. Y si es bonita de día, al llegar la noche te cautivará, sin duda.


