Cau Ferrat

Santiago Rusiñol, impulsor catalán del Modernismo, decidió en 1892 que sus vecinos iban a ser el azul inquieto del mar y el silencio. Cuando pasó por Sitges quedó prendado del lugar, y decidió comprar dos viviendas en lo alto de una colina.

Allí asentaría su rincón, un rincón dedicado a la calma, a la inspiración, donde iría recopilando las obras de arte que iba comprando por todo del mundo, algunas de ellas de artistas reconocidos, como por ejemplo, Isidre Nonell, Picasso o incluso dos pinturas de El Greco.

Se hizo construir en la planta baja del edificio la vivienda, y el resto lo dedicó a su amplia colección, incluyendo objetos de hierro forjado que le dan nombre a la casa, (literalmente Cau Ferrat sería “Madriguera Forjada”)