Escalofriante historia
Resulta bastante curioso que los cementerios sean uno de los atractivos turísticos de Edimburgo, y este de Greyfriars es indispensable para conocer uno de los capítulos más oscuros de la historia de la ciudad. Inicialmente fue un monasterio de monjes franciscanos y es por esta razón por la que ha trascendido el nombre "greyfriars". Interesante, porque sus hábitos no eran grises, sino marrones, pero si ligamos la poca cultura del color que se tenía hace siglos a la oscuridad que reina en Edimburgo durante la mayor parte del año y todo esto aderezado con mucha mugre, nos da como resultado el color gris que ha llegado hasta nuestros días.