Alicia Ortego
Camposanto ortodoxo
El cementerio de San Jorge está justo al lado de la Catedral del mismo nombre. Decidí pasear entre sus tumbas, ya que aunque parezca morboso, siempre intento visitar los cementerios de allí donde voy... creo que son parte de la cultura o religión de cada lugar, y me fascina su diversidad y formas de representar o recordar a sus muertos.
En este caso, el cementerio estaba muy descuidado... las tumbas son bastante parecidas a las de nuestros cementerios católicos, aunque encontré alguna excentricidad como la de una tumba que reproducía fielmente la famosa iglesia excavada en la roca de Lalibela, la Iglesia de San Jorge, en forma de cruz.
La maleza, las telarañas, y algo de basura, se extendían entre las lápidas, con caminitos muy estrechos entre ellas... alguien me llamó, eran dos chicas que estaban sentadas a las puertas de una pequeña capilla, a la que se accedía por unas escaleritas. Me acerqué, querían entablar conversación conmigo. En inglés, me preguntaron de dónde era yo, y a qué me dedicaba. Acto seguido, la más habladora (la otra prácticamente no dijo nada, aunque sonreía constantemente), de mirada inteligente y decidida, me contó que estudiaba Magisterio y que su sueño era salir de su país, emigrar a Occidente. Le pregunté por qué. Me dijo que allí no tenía futuro, así que claro y contundente. Al despedirme, me pidió que les hiciera una foto, se pusieron derechas y serias, supongo que como en los estudios fotográficos.. luego se la mostré, asintieron con la cabeza de manera solemne y nos despedimos. Este tipo de encuentros son los que me gustan, son los que dan sentido a los viajes. Por encima de todo, poder intercambiar unas palabras con la gente de allí, un poco de información acerca de sus vidas, me hace darme cuenta, más si cabe, de lo privilegiados que somos. Realmente a veces da un poco de "vergüenza" contar qué haces o cómo vives aquí, cuando las diferencias son abismales.
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