Buena cerveza de monjes agustinos
Gracias al programa de Españoles por el mundo, nos enteramos de la existencia de este lugar singular y puedo confesar que fue un descubrimiento genial. Está un poco alejado del centro, por eso es poco frecuentado por el turismo de masas y sin embargo es un punto de encuentro de la gente local de todas las edades, donde se puede beber cerveza fabricada por los monjes y comer en los puestecitos que se extienden por los pasillos del recinto.
El primer día que fuimos diluviaba y entramos por una pequeña puerta que conducía a un pasillo en un ambiente totalmente monacal, nos hemos equivocado, pensamos, pero al abrir una puerta de madera se empezaba a oír el murmullo que caracteriza un local de reunión.