¡Buenísimo!
Jerusalén es una ciudad que se expande mucho más allá de sus murallas y este restaurante situado fuera del casco histórico es un claro ejemplo de cocina fantástica lejos del barullo histórico.
Toda la comida fue a base de platos para compartir, siguiendo las recomendaciones de los camareros y de alguno de los amigos israelíes que nos acompañaban, pero con una carta tan amplia... la verdad es que tuvimos un montón de opciones para elegir y estaba todo riquísimo.