Nudo de comunicaciones
Mirando desde el avión, y mucho más de madrugada, con los ojos pegados después de 13 horas de travesía, es difícil ver y apreciar mucho menos, el gigantesco tamaño del aeropuerto de Singapur.
Sólo al bajar del aparato puede uno medir a ojo de buen cubero la enormidad de las instalaciones.
Primero un diseño ultramoderno, donde lo único que desentona son los kilómetros de moqueta que son inexplicables en un ambiente de tanta humedad como es Indonesia. Pero bueno, seguro que preguntando al diseñador daría una explicación.
Las tiendas que conforman la oferta comercial son de ultralujo: joyerías, cristal de Swaroski, perlas...Las tiendas de ropa van desde las cadenas internacionales hasta las más exclusivas, como Hermés.
Es curioso encontrar auténticos jardines con cascadas de agua, aparatos para masajear las piernas y rstablecer la circulación después de un largo viaje...pero dos cosas me sorprendieron mucho más.
Primero la potencia y gratuidad del WIFI...inmejorable, y segundo la importancia que le dan al estado en que se encuentran y el diseño de los servicios. Un exuberante jardín, con perfumes que flotan en el aire nos acompañarán si queremos hacer aguas menores o mayores, y no olvidemos al salir, calificar en la pantallita el estado en que hemos encontrado el servicio, con una foto del encargado de ese día.
Todo un mundo por descubrir con las costumbres orientales más modernizadas...


