Fernando Almenar
Y se hizo la luz
Decidí tocar a la puerta de esta capilla y por arte de magia la puerta se abrió.
No había casi luz y las fotografías las hice a ojo. Llevaba mi pequeña linterna pero no era plan de encenderla. Tropecé unas cuantas veces con las sillas y debí hacer un poco de ruido.
De improvisto se enciende una luz. Aparece una señora mayor.
Bon jour- le digo.
Bon jour- me contesta.
¿Quiere que le deje la luz encendida? -me pregunta.
Muchas gracias -le respondo.
Voy hacía la puerta, hago dos nuevas fotos y y me despido.
-Au revoir.
-Au revoir -me contesta con una sonrisa.
Me
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