A unos tres km al sur de la playa del arenal, está este chiringuito que sólo abre en verano, pero al que hay que acercarse a tomar una leche merengada por la tarde, o una tortilla de patatas y sardinas a mediodía o por la noche, ya que su ubicación es excepcional. Tiene una pequeña piscina que se llena con agua del mar, lo malo es que hay que tener paciencia porque suele haber mucha gente ( vale la pena esperar un poco).
Es verdad que el sitio esta en una ubicación única. Ahora bien, la gestión y la comida son una puta mierda. El sitio podría ser una preciosidad. En vez la piscina es un agujero infecto lleno de agua ponzoñosa con millones de mosquitos. La atención en las mesas regaladas por coca cola, está a cargo de una familia de dementes y de camareros/as mal pagados. Las 'tapitas' son un variado de cagadas congeladas fritas o refritas en un aceite del color del betún. Los precios son dignos de los mejores estafadores. ¡Haganse la foto y salgan de aquí a toda pastilla!
