Pequeña y delicada
También llamada Iglesia de la Santísima Trinidad, el templo que visitamos ahora es el más viejo de Dublín, y para mí el más hermoso.
Levantada en piedra en 1171, tras la primera iglesia de madera vikinga que se localizaba sobre lo que hoy es el altar mayor, este precioso templo, mezcla sorprendente de estilos y materiales de construcción engloba elementos medievales, góticos y victorianos, pero lo que quizá llama más la atención, al margen de los preciosos azulejos de su suelo o los exquisitos arcos de su coro son las leyendas que alberga bajo ellos.
Como el extraño caso del robo del corazón perteneciente al famoso San Laurence O'Toole, obispo de Dublín, que permaneció en la Catedral hasta marzo de 2012, cuando desapareció. El órgano, preservado dentro de una caja en forma de corazón rodeada por barras de hierro, fue robado por un ladrón que al parecer no tuvo ningún interés en la multitud de objetos de valor en forma de medallas que rodeaban la reliquia.