Viajando | Imágenes y sensaciones
Una churrería con solera
Este pequeño puesto de venta de churros lleva abierto desde finales del siglo XIX, todo un referente en la ciudad. Está ubicado en una pequeña plaza al lado del mercado y en la mayoría de los cafés de alrededor admiten que los lleves para comer mientras ellos te sirven el café o chocolate caliente.
La elaboración es muy curiosa, ya que los fríen en forma de espiral y luego los cortan y sirven al peso. Están riquísimos y sale muy bien de precio. Eso sí, tendrás que hacer un poco de cola porque la fama y el buen hacer les precede y es el lugar donde los gaditanos van a comprar su rico desayuno.
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