Una de las ciudades más peculiares del país.
Durante siglos, Ciego de Ávila fue poco más que una escala nocturna en la arteria que atraviesa Cuba de este a oeste. Luego llegó el turismo a Cayo Coco y lo cambió todo.
El nombre le viene porque su fundador, Jacomé de Ávila, reservo un ciego ( claro) en sus fincas para que descansaran los agotados viajeros que cruzaban la isla y que pronto convirtió en un próspero asentamiento.
Fundada en 1840, esta pequeña ciudad de escaparates bajo los porches es la capital provincial más moderna de Cuba.
La gran novedad de Ciego es el tramo de tres manzanas que se ha peatonalizado y engalanado con farolas, bancos, arte exterior y zonas verdas y que se conoce como El Boulevard. Al visitarlo, podemos ser testigos de cómo funciona a todo gas la doble economía cubana.