El círculo de Kerry
Kenmare es un pueblo tranquilo, apartado del famoso Anillo de Kerry, tranquilo, repito, muy tranquilo. Tanto que parece querer escaparse de los mapas que intentan situarlo en este maravilloso rincón mil y una veces trillado por turistas, curiosos y estudiosos de la historia de nuestro planeta.
Pero buscando, buceando entre tanto verde y tanta leyenda encontramos la manera de desviarnos y encontrar uno de sus tesoros mejor guardados. Eso si, no nos premiará dejando que lo descubramos así como así. Debemos primero localizar este minúsculo y apartado trozo de terreno y caminar hacia él durante unos minutos. Una caseta deshabitada nos recuerda que hubo un tiempo en el que los visitantes le prestaban más atención y debían pagar para visitarlo. Hoy, una pequeña cesta donde dejar nuestro donativo es la única testigo del paso de los visitantes y los convincentes carteles que indican lo conveniente de contribuir a su conservación, abren nuestra cartera para dejar salir un par de euros.