En la parte más alta de Arcos de la ...
En la parte más alta de Arcos de la Frontera, frente a la basílica del castillo, delante de su puerta del Evangelio se halla una de las cosas más curiosas que pueda contemplarse y que nos puede hacer comprender que no todo en el Medievo era tan sencillo como creemos hoy en día.
Es posible que lo pises sin darte cuenta, o bien que lo consideres un simple adorno en el suelo. ¡Ojo, es un círculo mágico! Quizás el único que ha sobrevivido en la península a la voracidad de los reconquistadores que lo iban destruyendo todo a su paso.
La magia llegó a Europa procedente de Persia, de la mano de la astrología, madre de la moderna astronomía, y como un componente indisoluble de la religión. De una religión que afirmaba que convivimos con un mundo espiritual cuyas fuerzas pueden ser invocadas para nuestro beneficio, dado que muchos de los espíritus son benefactores. Cuando vemos tantas gárgolas en nuestras iglesias, o leones de piedra en las entradas de los edificios o grifos o esfinges delante de las pirámides, nos damos cuenta de que son la representación plástica de los espíritus que protegían dichos lugares de los espíritus malignos. Claro que nuestra agnóstica sociedad piensa que todo eso son ridículas creencias de nuestros antepasados.