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Cisternas Romanas

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3 opiniones sobre Cisternas Romanas

La cuarta cisterna mas grande del mundo

Debo reconocer que la visita a la cisterna me sorprendió por lo inesperado que vi. Una autentica obra de ingeniería romana, que no esta tan divulgada como se merece.
Después de ver el Museo local, el señor que está en el mismo al ver nuestro interés, se ofreció amablemente a enseñárnosla a pesar de que estaban cerradas por un problema con la luz.
Las cisternas se encuentran dentro del recinto del cementerio,( que por cierto es uno de los 47 cementerios mas importantes de la ruta de cementerios de Europa).
La cisterna fue descubierta casualmente en 1885 con motivo de unas obras de ampliación de pequeño cementerio que existía junto a la Parroquia de San Mateo.

La Cisterna de época romana, era destinada a a la recaudación y almacenamiento del agua de lluvia, con una capacidad de unos 850.000 litros.

Posee planta rectangular, conformada por tres naves o galerías paralelas, separadas por gruesos muros y cubiertas con bóvedas de medio cañón.
Cada una de estas naves se divide en cuatro cámaras o compartimentos, de planta igualmente rectangular, comunicados entre sí mediante pequeñas puertas, rematadas por arcos de medio punto. (las puertas tienen el tamaño justo para que pudiesen pasar las carretillas de sacar la tierra de la excavación)

En la bóveda de cada uno de los compartimentos citados se abrieron una serie de óculos circulares, a modo de tragaluces, para dotar de ventilación a la cisterna. De igual forma se abrieron también encima de cada una de las puertas que comunican los compartimentos entre sí, y en la parte superior de los muros divisorios de las galerías, poniendo igualmente éstas en comunicación.
Esta Gran Cisterna está realizada, en opus caementicium, y revestida interiormente con opus signinum impermeabilizante. En todas las uniones de las paredes con el suelo aparecen las características medias cañas o cordones hidráulicos, que tienen como finalidad no dejar ángulos vivos para evitar la acumulación de suciedad y facilitar la limpieza.

En el año 2006 se llevó a cabo una importante intervención de musealización y puesta en valor de este monumento, convirtiéndolo en un centro de interpretación sobre los usos del agua durante la época romana.

En esta intervención se ha mejorado además el sistema de iluminación, se han diseñado recorridos temáticos y se han empleado técnicas multimedia de sonido ambiente y proyecciones para complementar la espectacular visión de las inmensas galerías alineadas. (información del Ayuntamiento)

El monumento permanece abierto los domingos y festivos para su visita, siendo posible además visitarlo el resto de la semana previa cita.
Debo reconocer que tuve muchísima suerte en visitar la cisterna con el señor que atiende el museo, ya que el recorrido fue muy ameno gracias a sus explicaciones con todo lujo de detalles.
Un sitio para tener en cuenta en tu visita a Córdoba, te sorprenderá!
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+5

Las más importantes del mundo

Excelente

Fuimos a la Feria de los Municipios en Córdoba buscando tesoros, con los que calmar nuestra ansia de cultura. Casualmente en el segundo stand donde entramos a echar un vistazo a sus folletos nos abordó una azafata del mismo comentándonos que en su pueblo están las cisternas romanas más importantes del mundo. Y nos invitó a ir el día que quisiéramos y a la hora que quisiéramos para comprobar dicha afirmación, y de manera gratuita.

Y, naturalmente, aceptamos. A las diez de la mañana, una hora antes de lo previsto, ya estábamos en la parte alta de Monturque, una villa que subsiste de la patata y de la viña en el sur de la provincia de Córdoba.


Mereció la pena hacernos casi 300 km para conocer esta localidad que se halla en el centro geográfico de Andalucía, con apenas dos mil habitantes desde hace más de una década. Otro pueblo más en el olvido.

Como llegamos temprano aprovechamos para conocer la parte alta del pueblo, el Castillo medieval y donde se han encontrado vestigios del Calcolítico. Puntualmente apareció la persona que nos había invitado y nos acompañó por toda la zona en una visita guiada llena de todo lujo de detalles. Para que una visita merezca la pena son necesarios dos requisitos: El primero que lo que se visita sea algo significativo, el segundo que quien ejerce de guía sepa de lo que habla. En este caso he de reconocer que se cumplen de sobra ambas condiciones, las Cisternas Romanas de Monturque son una maravilla y nuestra guía, Estefanía, es una persona que se ha preocupado por empaparse de cultura para dar el máximo de información posible y es una mujer que ama la cultura y se le nota el orgullo por su pueblo.

Hasta el punto de que a lo largo del recorrido el que escribe que es un especialista titulado en Protohistoria aprendió algunos detalles que desconocía.

Primero nos abrió el Museo Local, nos agasajó con bolsitas con diversos folletos y nos explicó cada vitrina. Allí hay elementos del propio Paleolítico, la mayoría obtenidos por donaciones de los propios vecinos por lo que resulta asombroso la cantidad de piezas intactas que muestran. En cerámica, especialmente, es muy difícil hallar una pieza completa y aquí tienen unas cuantas que parecen recién hechas.

Luego subimos, a unos pocos metros, al cementerio antiguo, en el centro del cerro. Pertenece a la Red de Cementerios Europeos, habiendo conseguido el tercer y el segundo premio de la revista más importante internacionalmente en estos menesteres.

Es normal, está muy cuidado en temas de jardinería y en su centro se hallan las cisternas romanas más importantes del mundo. Exteriormente sólo hay una escalera que baja al subsuelo y una serie de respiraderos para su ventilación. Pero, a unos siete metros de profundidad, están las terceras cisternas romanas más grandes, tras Constantinopla y Roma, y las únicas visitables. En España hay varias edificaciones pequeñas pero en ninguna se puede entrar en su interior.

Realmente por su tamaño y su estado de conservación no existe nada igual en cuestión de cisternas romanas en ninguna parte. Además existen restos de ocho cisternas más, de carácter privado. Es como si entraras en una iglesia bajando desde su techo. Tres naves, divididas en cuatro tramos unidos por puertas que se han ensanchado para el paso. Al final, en una esquina, sale un conducto con curva por donde se desaguaba el agua que se recogía con la lluvia.

Recorrimos las distintas salas, escuchando atentamente las explicaciones de Estefanía. Según nos contó, su estado se debe a que durante muchos siglos han estado enterradas y nadie conocía su existencia. Hasta que en 1885 hubo una epidemia de cólera y el regidor local ordenó abrir en el centro del cementerio una gran fosa para arrojar los cadáveres. A pesar de la sorpresa inicial se utilizaron como fosa común abriendo un agujero en el techo de una sala para arrojar desde allí los cuerpos, aunque los difuntos con prestigio social fueron enterrados en nichos. También nos dijo que era habitual que los niños se pelearan por los huesos que de allí sacaban, sobre todo por las calaveras con las que jugaban al fútbol.

Con la construcción del cementerio nuevo, las cisternas fueron desalojadas, así como el patio de los Ahorcados, donde los infieles que estaban condenados al infierno eran enterrados en el suelo sin ningún detalle religioso. En ese patio, hoy sin inhumaciones, se puede observar el conducto que sale de la cisterna hasta un pozo desde donde se extraía el agua con una noria vertical.

Las cisternas están en un estado casi perfecto. Tan sólo un par de detalles. Un par de rajas verticales, recuerdo del terremoto de Lisboa; y que la mayoría de las paredes han perdido el enlucido. Precisamente hubo un debate en Monturque sobre este tema y el restaurador opinó que lo mejor era dejarlas así hasta que los restos de enlucidos se cayesen. Forma parte de la nueva arqueología, la que plantea que lo mejor que se puede hacer es tapar los yacimientos para no estropearlos. Conozco muchísimos yacimientos tapados. Aquí mismo se hallan así las termas romanas, que fueron alimentadas por las cisternas.

El interior está acondicionado con luces de colores, paneles informativos y tarimas de madera. La necesidad de ventilación obligó a abrir huecos en el techo, agrandar las puertas entre las salas y abrir unos óculos entre ellas. Pero me pareció que estos “arreglos” hasta le dan monumentalidad al conjunto.

Salimos hasta la explanada donde se hallan las termas y un curioso espacio, llamado Criptopórtico, forma rectangular con columnas en medio donde se han hallado restos de almacenamiento. Estefanía nos comentó que se la considera una basílica pero su cercanía a las termas y el hecho de que a estas les faltase el gimnasio me hizo pensar en otra cosa.

Las termas romanas son adaptaciones de los gimnasios griegos, y el lugar donde se pasaba el tiempo. Unas termas sin gimnasio no tienen sentido y los elementos criptopórticos son en realidad galerías cubiertas que se utilizaban para nivelar el terreno y sostener una plataforma plana.

Poco después nos despedimos, tras enterarnos de las fiestas y eventos relacionados con estos importantísimos restos. Actos como las visitas a las cisternas en visitas nocturnas al cementerio de San Rafael, o durante las Jornadas Medievales a principios de agosto.
Lamentablemente cuando regresemos ya no nos recibirá Estefanía, porque la cultura es hija adoptiva del presupuesto y en esta zona la cosa se arregla con contratos de seis meses. O quizás sí porque la cultura es una inversión que necesita estabilidad y aquellas personas que se vuelcan en la misma son una garantía de futuro.

En todo caso apuntaros el nombre: Monturque, estoy seguro de que en los próximos años sonará y mucho su Cisterna romana, la más importante del mundo.
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