Colina de Mandalay

La colina de Mandalay ofrece una puesta de sol inolvidable con impresionantes vistas de la ciudad. La ascensión de 1729 escalones hasta lo alto no supone esfuerzo alguno por lo atractivo que resultan las cabañas y humildes casas donde algunas madres cosen viendo la tele, los niños hacen sus necesidades junto a los árboles, los jóvenes juegan al chinlone (deporte nacional birmano) pateando con los pies desnudos la pelota de ratán, ancianos dormidos a la sombra…
Espectacular atardecer, el sol muere tras las montañas y sus últimos rallos parecen el mismo oro que baña la figura de Buda con su dedo extendido y con el aura de los iluminados: Lucecitas de colores de lo más kitsch.

La colina Mandalay tiene 240 metros de altura sobre la ciudad, y está en una zona alta al noreste de la ciudad, cercano al palacio real. Los budistas van en peregrinación a las pagoda Sutaungpyei, cuyo nombre significa deseos cumplidos, desde hace más de dos siglos y no es de extrañar porque tiene fama de que consigues tus deseos.

Hay cuatro escalinatas para acceder a la colina, una en cada punto cardinal, y recomiendo ir al atardecer para poder ver la puesta de sol sobre la ciudad de Mandalay, una experiencia hermosa.