La fe hecha mosaico
En la Colonia Güell, encontramos la joya más valiosa entre las obras de Gaudí que se encuentran fuera del casco barcelonés. Nada menos que diez años trabajó el genial arquitecto catalán para concebir una iglesia de la que sólo consiguió finalizar la cripta. Aun así este espacio que por fuera parece pequeño, pero cuyo interior multiplica los espacios de manera mágica, es una obra maestra de la particular arquitectura expresionista gaudiana.
El genial artista consiguió levantar a la categoría de materias primas de lujo el ladrillo visto, los trozos de cerámica y cristal y la teja catalana. Inspirado en las grandes catedrales góticas europeas, pero dando la mayor importancia al altar, en lugar de a las grandes alturas y tiñendo todo el interior con los colores de los preciosos vitrales y los mosaicos formados por las piezas de cerámica y cristal rotas.