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No hay que comer muchos caramelos. No...
No hay que comer muchos caramelos. No es bueno para los dientes. Pero es imposible renunciar a comprar al menos una bolsa en Zucchero. Especialmente cuando estás viendo delante de ti todo el proceso. Desde que entras a la tienda ya estás salivando. Su olor y color atrapa a todos tus sentidos y somete a tu voluntad. Últimamente me ha dado por comparar todo con los cuentos pero es que en Brujas no me queda otra ya que sus casas, sus calles, sus puentes y canales parecen formar parte de un decorado. Aquí todo cobra sentido. Esta tienda podría ser la casa de caramelo de Hansel y Gretel. En el vídeo
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