Cristina E Lozano
Un contorsionista en la ría
Lo último que yo hubiese pensado a la sombra de este retorcido monumento es que su objetivo es conmemorar el Día del Mar en Bilbao. No lo hubiese adivinado en la vida pero así es. Por lo visto la obra es de principios de los 80, de 1981 para ser exactos como recuerda la placa metálica colocada en el pedestal que la sostiene.
Desconozco en qué estaba pensando el escultor antes de dar forma a la obra. Quizá acababa de ver una imagen del Discóbolo de Miron o esa noche había soñado con el final de Evangelion. No descarto ninguna de las dos opciones, puede que hasta tenga algo de las dos.
Fuera como fuere, lo cierto es que esta figura humanoide da un poco de miedo.
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