Convento de las Capuchinas de Antigua, Guatemala
Uno de los lugares más visitados en Antigua es el Convento de Las Capuchinas. Aquí uno se puede hace a la idea de cómo vivían las religiosas durante la época colonial. Su construcción se inició en 1731 y fue el último de los conventos creados en Antigua para alojar a la Orden de las Clarisas. En aquella época casi todos los conventos de religiosas eran el lugar para educar, alojar y también recluir a las hijas de los españoles asentados en estas tierras. Para ello los conventos exigían una dote económica que ayudaba a su mantenimiento y riqueza. Pero la de las Clarisas Capuchinas fue la primera orden que eliminó esta norma y así pudieron acceder a este convento las niñas más pobres. Sin embargo se mantuvo la diferenciación social en el ordenamiento interno del Convento. Así hubo dos clases de monjas, la de estricta clausura que dormían en pequeñas celdas y vivían de las limosnas en la más estricta pobreza y penitencia. Y luego estaban las monjas llamadas urbanistas que contaban con ingresos económicos, vivían en grandes celdas en una torre circular y estaban exentas de muchos ayunos y penitencias.
En el convento residía una treintena de monjas controladas por una abadesa hasta que en 1773 el gran terremoto de Santa Marta que asoló Antigua provocó su traslado a la nueva capital Guatemala. El edificio, no muy dañado, fue abandonado hasta que fue declarado Monumento Nacional en 1943. Hoy se puede visitar su gran claustro, las celdas de las monjas y algunos espacios abovedados del interior. Muy curioso.


