Rogelio Belenguer
Coratxar
Maravillosa experiencia. Lugar para descansar, comer magníficamente bien gracias a su gran "COCINERO" (con mayúscula ) , Carlos Pons y a Nuria, el alma del lugar. Servicial, cuidadosa, atenta y siempre al servicio del cliente. El entorno sencillamente perfecto para descansar, relajarse, escuchar el silencio y ver ESTRELLAS, que, por desgracia , en las ciudades ya no podemos contemplar. Se puede leer, pasear por entornos naturales que nunca podríamos imaginar, descubrir la naturaleza, los animales, cabras hispánicas, zorros, etc. Hemos estado dos veces , la ultima ,la cuarta semana de agosto y la experiencia ha sido para repetir una y mil veces.
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