María Alba
Tradición y hospitalidad japonesa
El Cottage Inn Fu-sha está en el parque nacional de Nikko, y es sin duda alguna el sitio en el que mejor me han tratado de todos los sitios donde me he quedado alojada. La amabilidad y hospitalidad de Yoshiko, la dueña de la casa, es ejemplar. Cuida hasta el último detalle para que tu visita a Nikko sea todavía más inolvidable.
Situada a 5 minutos andando del Abismo de Kanmangafuchi y Bake Jizō y a unos 20 - 25 minutos de la zona de los templos de Nikko, para mi no podía haber sido más perfecto.
Es una casita de unos 50 metros cuadrados, decorada con un estilo típico japonés. La casa puede ser ocupada por 4 - 5 personas cómodamente. Nosotros éramos dos, así que teníamos mucho espacio. La casa está equipada con cocina incluyendo frigorífico, microondas, cafetera e incluso lavadora. Tiene aire acondicionado, y estufas en invierno. En el saloncito típicamente japonés, tienes una mesa con una manta y debajo una estufa, para tomarte cómodamente un té de la mejor calidad, de los que yoshiko te deja en una cestita para que te tomes cuando quieras.
El baño tiene el típico wc moderno japonés, secador, secador de toallas, champú, suavizante y gel...
En el dormitorio nos ponían un aparato que te calienta la cama para que cuando llegues por la noche, estés calentito. También te dejan preparado yukatas tradicionales para que hasta sueñes en japonés, y estés calentito en casa, e incluso zapatillas de andar por casa.
También tienes un ordenador con internet.
Bueno que más puedo decir. Nikko es un sitio caro para quedarse alojado. Mucha gente va a visitarlo a lo largo del año por la belleza del lugar, Fu-Sha cuesta entre 7500 y 6160 yenes, dependiendo del número de personas y de la época del año que sea. De Abril a Diciembre es más caro. Recomiendo este lugar completamente para quedarse alojado en Nikko. Es simplemente perfecto.
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