Recomendable
Llegué después de una larga y dura ruta en bici desde Sevilla y buscando un sitio céntrico pero tranquilo para comer. Me encontré con este bar, y eso que ya estuve más veces en Santiago. Como me encanta el pulpo a la gallega pedí una ración y ¡sorpresa! para mí el mejor pulpo desde aquí al Misisipi... en su punto de dureza y ración completa, pregunté y era de las Rías, no marroquí o canario, y mojé pan en el aceite cuanto pude hasta dejar el plato limpio y una buena jarra de cerveza, y quedé de volver por la noche después de buscar albergue.
Ya por la noche más tranquilamente le metí al cuerpo un caldo gallego primero y después carne y ¡de vicio! Vino "godello", café y licor café, ¿el precio? el justo para mí que soy un bicigrino "ajustao", el trato amable, el personal responde con amabilidad al interrogatorio sobre la ciudad y Galicia, en un local en piedra acogedor y con la música de fondo de la que me va.