Un festín para los sentidos
Agradecimiento. Es lo primero que quiero expresar a los dueños de este magnífico restaurante de Tejeda por su cálido y amable recibimiento, el mismo del que gozamos en el resto de nuestra visita a Gran Canaria.
Pero la diferencia está en que aquí lo pudimos disfrutar con todos los sentidos y en un mismo momento.
Primero, nada más entrar al restaurante, e incluso antes, ya que los aromas de los fragantes platos llenan todo el local y parte de la calle, como si fuera una mano que nos toma de la nuestra y nos invita a entrar.
Una vez dentro, la decoración sencilla, sin que sobre ni falte nada pero al mismo tiempo acogedora, como debe ser en un restaurante, sin nada que nos distraiga de lo que hemos venido a hacer, disfrutar de la comida.