Cuevas Waitomo

Como cueva de formación caliza cuenta con las consabidas estalactitas y estalagmitas aunque su mayor atractivo es que se trata de una cueva mágica. En el techo de la cueva penden unos gusanos endémicos del lugar, son gusanos de luz que producen unos hilos luminosos.
El techo de la cueva queda prendido de centenares de miles de lucecitas configurando un espectro mágico y maravilloso.
Después de caminar por un laberinto de pasarelas desde donde se pueden admirar las formaciones calizas, estalactitas de color rosado, blanco, marrón, se procede a embarcar en un enorme bote.
El bote es arrastrado por un guía valiéndose de una cuerda que está sujeta a la pared, así se evita cualquier ruido, ni tan siquiera el ruido que podría producir un remo.

Las Cuevas de Waitomo son famosas en el mundo entero por que tienen la peculiariedad de la existencia de un gusano luminoso en el techo de las cuevas, que emite una luz brillante tipo luciérnaga con la que atrae su presa acercándola a un hilo mucoso en el que el insecto queda atrapado.

La primera exploración de la cueva de Aranui la hicieron en 1887 Tane Tinorau, jefe maorí local y Fred Mace, topógrafo inglés. En 1888 la gruta fue abierta al público por Tinorau y en 2005 un incendio destruyó el centro de visitantes, que todavía está en reconstrucción.