Patricia AÑON
Un lugar de ensueño.
Es una ciudad pequeña después de pasar por el paseo de guinea que es una cascada y puedes meterte por debajo de ella.
Con sus cales empinadas y el lugar para dormir cuando nos levantamos parecía que estábamos en un paraíso entre plantas exóticas y el cantar de los pájaros. Sus habitantes lugareños como casi todos los mexicanos sumamente amables y había una feria no solamente de frutas y verduras, también las típicas artesanías y las ropas típicas manofacturadas por ellos mismos con esos colores tan hermosos. La puerta de la Iglesia toda adornada con palmas. y en centro como una glorieta que es típica de todos los lugares que ví en este hermoso país.
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