Francisco Arrocha Escalona
Fuimos a visitar Bilbao y cuando atacó el hambre
Decidimos ir al famoso casco Viejo donde hay muchos bate de pinxos.
Esa era la idea, así que buscamos con la App del móvil uno que estuviera bien para empezar, al final buscando al otro tropezamos con este y fue todo un acierto, la chica rubia que nos atendió muy maja y agradable.
Los pinxos espectaculares, además hizo un día de primavera en febrero, así que decidimos quedarnos en la terraza al sol y terminar de comer allí . Lugar muy recomendable
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