La antigua aduana del puerto.
Se trata de un imponente edificio de estilo neoclásico del siglo XVIII con cuatro fachadas monumentales en pleno centro de la ciudad a orillas del Liffey. Es considerado una de las bellezas arquitectónicas de Dublín y francamente es uno de los más emblemáticos y cuya fotografía es imprescindible en cualquier albúm de vacaciones.
Originalmente fué concebido como la aduana del puerto, ha tenido sus avatares a lo largo de la historia, de los cuales el más catastrófico fue el incendio-atentado de 1921 que causó graves daños y pérdidas irreparables. Restaurado posteriormente, a día de hoy alberga