Sorprendente y tradicional a la vez
Ciertamente entramos en este local por casualidad con la simple intención de tomarnos unas coca colas y reanudar la marcha, pero nos atrajo tanto la presentación de sus platos que acabamos cenando y pidiendo cinco platos distintos de su extensa y estupenda carta.
Comenzamos pidiendo una ensaladilla de langostinos que estaba maravillosamente buena. Seguimos con unas croquetas, también de langostinos, que según tengo entendido las hacen con una bechamel con mantequilla, leche, langostinos y un poco de cebolla.
Para continuar con la velada nos pedimos un plato de presa ibérica sobre base de patatas y lágrimas de salmorejo que estaba verdaderamente rica. Y finalizamos con una tosta de jamón ibérico con salmorejo sencillamente espectacular.