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Luego de la comida en Laguna Honda el...
Luego de la comida en Laguna Honda el universo se trasformó en un fantasmagórico desierto de infinitos tonos ocres y marrones. El Desierto de Siloli se extendía ante nosotros. Una eternidad de pedruscos donde no crece nada, donde no vive nadie. La tierra, a 5000 metros de altura, se calcina bajo el sol y reverbera creando locas ilusiones. Horas de terragal, los volcanes azules siempre a nuestra derecha, nuestro todoterreno atravesando la nada.
Llegamos a 'Árbol de Piedra', una zona de gigantes rocas con formas lunáticas. Esto ya no parece la Tierra, la sensación es que estamos en otro planeta.
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