La destileria convertida en museo
En una de las zonas del whisky por excelencia, Speyside, esta pinturesca destilería fue fundada a finales del siglo XIX. Tras varios periodos de crisis, con varios cierres y reaperturas, finalmente sus dueños decidieron cerrar en el año 1983.
Debido a sus características tradicionales y su buen estado, el gobierno se hizo cargo de las instalaciones, creando el primer museo del whisky en una destileria real, y la verdad que muy bien conseguido. La visita empieza con un vídeo y después se explican meticulosamente el proceso de la creación del whisky (agua de fuego), lo que atrajo poderosamente mi atención ya que he visto maquinarias en otras destilerias en mucho peor estado. La respuesta a mi pregunta fue tajante, hay un proyecto de poner en marcha de nuevo la factoría, pero en estudio de viabilidad, ya que la maquinaria allí es mantenida como si estuviese en funcionamiento, pero sin el desgaste del mismo.
La visita es muy entretenida y didáctica, incluyendo la tienda y el bar donde tras finalizar la visita nos ofreceran una cata de whiskies y licores elaborados en la zona. El personal que atiende el público son tan amables como bien informados, no solo de lo que ellos ofrecen, también de otras destilerias y atracciones cercanas.
Una visita de lo más recomendada especialmente para los amantes del mundo del whisky, con muchas nociones de historia.
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