YARE: El pueblo de los diablos
Desde el siglo XVIII la tradición impone la celebración de un rito en la población de Yare. Por este evento el pueblo es conocido dentro y fuera de Venezuela. Aunque otras diez cofradías rinden tributo al Santísimo Sacramento a través de la figura del demonio, es Yare quien se lleva los honores y miles se acercan a conocerla para aprender de las raíces y cultura de un poblado.
La jornada que permite honrar a Dios en Yare dura dos días seguidos. Y se compone de misa, reconocimientos, procesión por las calles del pueblo y hasta un poco de fiesta. Jubilo porque unas 2.000 personas se acercan estas tierras bajas cada año por fe, curiosidad, tradición o sentimiento patrio. Todos quieren llevarse un recuerdo de aquella imagen que impregna la mente, de esas máscaras grotescas pintadas en colores vivos, de esa maraca que suena, del látigo que castiga, del rojo que se queda en la retina y se pasea por las calles de Yare.
Así que para los artesanos Corpus Christi aparte de devoción, también es motivo de celebración. Unos 100 artesanos se apostan en un terreno ubicado para ellos ofreciendo prendedores, llaveros, imanes de nevera y hasta zarcillos con el motivo que hoy engalana su tierra.
Este es un legado que viene de los ancestros negros, de las épocas de sequía, de las enfermedades incurables, una marca que se implantó en Venezuela desde que los españoles trajeron la religión católica, los esclavos sus rituales, y los indígenas los recibieron con sus creencias. Por ello en el año 2012 esta y todas las cofradías del país fueron tomadas en cuenta por la UNESCO, la declaración que los nombra como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad los compromete más con su labor, los hace respetar más sus raíces, sentirse orgullosos.