E.Sonia Requejo Salces
Donde las pistas desaparecen!
Temprano por la mañana realizamos los trámites burocráticos, una vez más arduos de hacer, dependes de ellos para cruzar al Danakil. Era tal polvareda la que los coches producen, tanto con los que te cruzas, como los propios que hasta que no llegas, no ves el poblado Dodom .
El calor se fue intensificando, travesía muy complicada ya que las pistas van desapareciendo. Es aquí en Dodom donde hay que gestionar si o si, los permisos de entrada, la escolta militar según vehículos y los camellos que subirán lo más esencial de nuestro equipaje, el agua tan necesaria para la bajada del día siguiente. Aquí ¡quien lo desee también puede contratar su propio camello para el ascenso! la verdad no pregunte lo que costo ya que hubo, quien lo hizo.
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