DURMIENDO A BORDO
Reservé en el Hotel-Barco Donna Wood en mi viaje a Copenhague por dos motivos, uno, la fantástica ubicación en el barrio de Nyhavn y, dos, porque el precio me pareció bastante atractivo dada la media de los hoteles en la ciudad, aunque recelaba un poco del tamaño de la habitación y del baño compartido.
Al final fue más o menos como me esperaba, la habitación enana y el baño compartido y no demasiado agradable pero el barco era muy bonito y estaba anclado en un lugar inmejorable. No obstante, hubo varios puntos negativos. Cuando llegué el hotel no estaba en su sitio, "literalmente", y es que a veces Jess, el dueño, sale a hacer tours con turistas y se le "olvida" avisar, porque el segundo día salía a recorrer la ciudad y al volver tampoco estaba. Mientras esperaba me dijo que me tomara algo en La Sirene, que está justo enfrente. El primer día me sirvieron una cerveza aunque me pusieron cara rara, pero el segundo me dijeron que nada de nada, que Jens no les había pagado y que era un poco "especial", aunque él no quiso saber nada del asunto.