¡Esto es vida!
Si pudiera elegir cualquier hotel del mundo para pasar las próximas tres noches sin duda alguna escogería el Dos Ceibas de Tulum. Su rollo happy-hippie y su entrada directa a la playa del Caribe (abierta 24 horas) tienen la culpa.
Este hotelito formado por cabañas y apartamentos ecológicos me pareció una gozada. Sus habitaciones son sencillas pero con una decoración muy cuidada (una mosquitera que queda preciosa aquí, un libro allá, unas baldosas en el baño de esta forma, etc). Y, por si esto fuera poco, ¡está lleno de hamacas! Puedes usarlas cuando quieras. No hace falta pedir permiso.
Sesiones de yoga, temascal, y rituales varios son algunas de las ‘actividades’ que se llevan a cabo regularmente en este lugar que, como su nombre indica, cuenta con Dos Ceibas (árbol sagrado maya donde los haya).
No te sorprendas si entre tu casita y la de enfrente de repente hay personas realizando algún tipo de ceremonia. Tampoco te extrañe oir música o ver a gente danzando por allí. Aprovecha y únete. Los jóvenes que regentan el lugar son encantadores, apuesto a que no tienen problema en acogerte.
Mi recomendación para por la noche es que disfrutes de la playa. Un baño y las estrellas si el cielo está despejado es siempre un plan perfecto si uno anda por Tulum. Pero cuidado, es adictivo. Una vez lo pruebes no querrás volver a casa.
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