Auto-Inmortalización
Este es el otro rincón oculto del viejo cementerio de Stirling, literalmente, la tierra o jardín del placer de Drummond y esto cuanto menos es interesante ya que a primera instancia no tiene sentido y la explicación histórica es cuanto menos curiosa.
Pues resulta que en época victoriana, sobre el año 1862 el predicador evangelista William Drummond decidió comprarse una "parcelita" de tierra a continuación de lo que era el cementerio de la ciudad, que ya contaba con árboles y algunos jardines de pequeña escala. Muchos podrían pensar que el buen hombre quería sembrar patatas o hacer una fiesta con los amigos los domingos, en plan paellita y demás, pero de nuevo nos equivocamos. El buen pastor empezó a liarla y bien construyendo su propia pirámide-monumento a la religión presbiteriana, mantuvo la arboleda, construyó un estanque y jardín para finalmente en lo más alto y con vistas a todo esto, hacerse su tumba donde se encuentra en la actualidad.